A menudo creemos algunas cosas con tanta intensidad que, al final, pasan a formar parte de nuestra realidad personal y digo «nuestra» porque se trata de una versión parcial y tergiversada de lo que en realidad está sucediendo. Creamos un mapa mental y vivimos en la realidad elaborada por él, no en la realidad en sí. Sin embargo, «el mapa no es el territorio», éste es sólo nuestra idea del mundo.